Que las tormentas no agobien tus cultivos
Este mes de junio ha sido uno de los más lluviosos que se recuerdan. Cuanto antes se controlen enfermedades, plagas o malas hierbas, mucho mejor para nuestros cultivos.
La abundancia de tormentas eleva la humedad ambiental. Si se repiten con frecuencia no da tiempo a que el suelo o la planta se sequen, lo cual favorece la aparición de microorganismos, hongos o ácaros en muchos cultivos.
El ambiente húmedo es propicio también para los caracoles y las babosas, que este año están muy presentes, sobre todo en los huertos. Además ayuda a la proliferación de plagas de insectos y nuestros terrenos son invadidos por una multitud de variadas malas hierbas.
El temido granizo es aún más preocupante, porque daña hojas, tallos y los frágiles frutos que están empezando a nacer y desarrollarse en este mes de junio.
Si a esto se une unas temperaturas suaves o incluso mas elevadas de lo normal para la época, tenemos un coctel de riesgos para nuestros frutales, huertos, viñas y otros cultivos, que habrá que atajar lo antes posible.
Otra dificultad añadida es que las continuas tormentas no nos facilitan la acción, ya que con el suelo empapado no se puede entrar en las tierras para eliminar todas estas amenazas.
Pero es cierto el dicho de que «siempre que llueve, escampa»; así que solo se trata de estar muy atentos y preparados para actuar en cuanto tengamos la mínima ocasión.
Estos días en los que no se puede atender el campo son perfectos para intercambiar información con nuestros técnicos de CECOGA y dejarse asesorar sobre los sistemas que podremos aplicar en cuanto la climatología nos lo permita.
No hay tormenta que se nos resista, porque son muchos años ya de experiencia con situaciones similares.
Lo importante es:
- Aprender a reconocer los riesgos que vamos a tener en nuestros frutales, viñedos, cultivos o huertos.
- Tener la información adecuada sobre cómo y cuándo debemos actuar.
- Contar con productos y maquinaria preparados para hacerlo en cuanto el tiempo nos de la oportunidad.
Cuanto antes se controlen enfermedades, plagas o malas hierbas, mucho mejor para nuestros cultivos. ¡No dejéis que las tormentas les agobien!